https://listindiario.com/vida-verde/2018/12/06/544528/cambio-climatico-las-cabanuelas-ya-no-aplican
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Galardonada con el premio “Mujeres que cambian el mundo 2018” que otorga cada año el banco BHD León, la especialista en medio ambiente Michela Izzo llegó de Italia en 2006.
Es la directora ejecutiva de la fundación Guakía, organización sin fines de lucro que trabaja en todo el territorio de República Dominicana y en la región fronteriza de Haití “contribuyendo a mejorar la calidad de vida de la población y promoviendo la sostenibilidad ambiental”.
La fundación colabora desde hace 10 años con el Programa de Pequeños Subsidios del Fondo para el Medio Ambiente Mundial de las Naciones Unidas (PPS-SGP/FMAM /PNUD).
En la segunda entrega de su participación en el Encuentro Verde de Listín Diario, coordinado por la bióloga Yvonne Arias, Izzo compartió sus impresiones sobre los riesgos reales que enfrenta la isla ante el cambio climático y cómo la participación gubernamental y ciudadana determinarán el éxito de una oportuna adaptación.
Ante la vulnerabilidad ya conocida de la isla, ¿cuál es el riesgo real del cambio climático?
Ahora todo el mundo, aunque sea en palabra, está enfocado en el cambio climático. Y lo que siempre digo es que el cambio climático es una presión más que se va a sumar a presiones ya existentes. Tenemos que tomar en cuenta que tenemos un territorio degradado y ese territorio no está en condiciones de recibir “eventos extremos”, lo que va a hacer el cambio climático es que esos eventos extremos se vuelvan cada vez más frecuentes, que se vuelvan la normalidad. El punto es cómo nosotros logramos reducir la degradación de nuestro territorio para que pueda enfrentar esos eventos de una forma apropiada.
En términos de isla Española, nosotros ya sabemos que estamos expuestos y en el futuro vamos a estar expuestos a fenómenos de lluvias intensas, porque en el último siglo lo que se ha visto es que hubo una intensificación y concentración de la lluvia.
Hay áreas del país donde en un año está lloviendo más que antes, pero la lluvia no está distribuida durante todo el año, sino que se concentra en pocos episodios muy fuertes e intensos. Es suficiente ver lo que pasó por ejemplo en la cuenca del Duey, del alto Haina, con la tormenta Noel. Ahí se abrieron más de 500 frentes de deslizamiento y los puntos de partida eran casi todos desde áreas donde no había cobertura arbórea. Esos son los efectos que se pueden prever para eventos futuros.
¿Y las sequías?
Otra situación es la sequía prolongada. Este año, por ejemplo, ha sido muy particular en términos de patrones de lluvia. Ya las cabañuelas no aplican, porque en el mes de enero llovió. Los mismos campesinos dicen que con el cambio climático ya no hacemos cabañuelas. Si tú te fijabas, en el mes de enero, que es típicamente seco aquí, llovió casi todos los días, y después siguió lloviendo prácticamente hasta casi mediados de marzo y luego se metió una sequía que en la zona fronteriza prácticamente no acaban de salir de ella. Hubo una sequía casi parecida a la del 2015, empezó a llover prácticamente a mediados de octubre. Eso es lo que quiere decir cambio climático: alteración de los patrones de lluvia, más impredecibilidad en lo que se refiere a la distribución de la lluvia a lo largo del tiempo. Entonces, ¿cómo vamos a reaccionar frente a eso? ¿Vamos a tener un plan para ver cómo administramos las fuentes de agua a sabiendas de que tenemos recursos limitados con intereses contrastantes?
Es suficiente ver lo que pasa en el noroeste cuando hay sequía, los primeros que entran al grito son los bananeros, porque la prioridad ¿a quién se la dan? A los que cultivan arroz, entonces, automáticamente les cierran el agua a los bananeros.
Yvonne: Estamos hablando de dinero, de economía, de que producimos el 80% de lo que consumimos. Entonces, en peligro está absolutamente todo lo que se llama productividad con los deslizamientos, con las sequías extremas, ¿cómo ves que es asumida esa vulnerabilidad? Los estudios que se hacen, por ejemplo, los informes de comunicación nacional de cambio climático, ¿qué resultado viste en la última comunicación? ¿Mejoramos o empeoramos?
Tengo como una ventana de monitoreo de casi trece años. Ahora, en términos de políticas de cambio climático, en el país, porque en términos profesionales es mi área de trabajo y he tenido la posibilidad y sigo teniendo la posibilidad de relacionarme con muchas instituciones que trabajan el tema… lo que he visto es que en los últimos trece años el país ha venido mejorando mucho –por esfuerzos individuales, a veces de grupo- en temas de análisis del cambio climático. Se han hecho estudios interesantes en torno a la definición de una metodología que pueda ser replicada y que tenga una mayor objetividad científica.
En temas de análisis de determinada problemática y a nivel de marco político general, el país está bastante adelantando. Como país hemos sido de los primeros en introducir el tema de la adaptación al cambio climático en el marco político. Eso es innegable y hay que reconocerlo. Si uno agarra las tres comunicaciones nacionales (comunicaciones que se hacen anualmente en el marco de la Convención de Naciones Unidas sobre Cambio Climático), uno nota la diferencia entre ellas, o sea, se ha venido avanzando.
Por supuesto, hay muchas cosas que todavía se tienen que mejorar. En términos personales, por ejemplo, en el ámbito de la tercera comunicación nacional, yo considero que se tenían que mejorar los escenarios que se han trabajado para el país, las proyecciones a futuro.
SOBRE LA APLICACIÓN DEL MARCO JUSTÍDICO
Lo que sí considero que todavía falta mucho por trabajar y no solo a nivel nacional, sino internacional, es una mayor aplicabilidad o mejor aplicación de las herramientas que hay a nivel de marco político y jurídico. En muchos casos hay herramientas excelentes y al hecho práctico uno se pierde hasta en la aplicación de las herramientas de base. Hasta sencillamente en temas de ordenamiento de territorio. No estoy hablando ni siquiera de planes de ordenamiento territoriales, estoy diciendo que aquí en este país no estamos aplicando ni siquiera las reglas de los permisos establecidos por ley. Donde tú no tienes planes de ordenamiento territorial y no se respetan los permisos que tienes que solicitar para poder desarrollar algo, ¿para qué hablamos de adaptación al cambio climático si eso es algo que viene después? Nosotros ni siquiera nos estamos proponiendo una planificación del territorio que tenga un mínimo de lógica.
Si existe una regla hay que aplicarla sí o sí. No importa si va Michela, si vas tú. Es que tiene que aplicarse prescindiendo del poder que uno tenga. Sin influencias. Si razonamos en términos de amiguitos, de quién tiene más fuerza, no vamos a ningún lado… En ese sentido, tenemos que concienciarnos todos. Tenemos que tomar en cuenta la responsabilidad que tiene cada uno de nosotros cuando toma una decisión y cuando personalmente, por beneficios personales, cogemos atajos. Ese es el punto. A todos en algún momento se nos presentó la situación en que posiblemente tenemos que resolver algo y decimos ‘deja llamar a fulano a ver si me puede resolver’. No, es que eso no puede funcionar así, no es lo correcto.
SOBRE LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA
Tenemos que hacer un esfuerzo adicional. A veces tenemos que pasar encima de la comodidad de cada uno de nosotros si queremos alcanzar un objetivo común. Cuando te duele y tú demuestras que estás ligada y coherente con tus principios, ahí tú demuestras la seriedad de tu accionar. Porque cuando el camino es fácil y no se te ha presentado la oportunidad de fallar, todo el mundo es serio. Es una lucha de cada uno de nosotros y es un camino de crecimiento recíproco: cómo enfrentas el error. Nosotros, Wakía-PPS, no criminalizamos los errores, tratamos de tomar medidas para que no se cometa, pero si ocurre, bueno, vamos a ver cómo todos juntos lo resolvemos. Eso nos ayuda, a pesar de ser un equipo pequeño, a desarrollar muchas cosas y ese es el principio con el cual trabajamos con la gente. La gente se siente en confianza de trabajar con nosotros porque sabe que, si se equivoca, nadie la va a matar, no se va a acabar el mundo.
Me maravilla que cuando los gobiernos hacen su rendición de cuentas, ¿por qué nunca hablan de las equivocaciones? Todos se preocupan por decir cumplimos con esa meta pero probablemente también es importante decir ‘mira, no pudimos cumplir con esta meta porque se presentó esta dificultad y la enfrentamos de esa manera’. Eso abriría espacios de diálogos diferentes, un crecimiento diferente para el país, porque no somos monstruos de perfección, sino que estamos trabajando juntos para ver si resolvemos algún problema común.