Guakía Ambiente y el Jardín Botánico Nacional (JBN) impartieron un curso de introducción a los Sistemas de Información Geográfica (SIG), orientado a la conservación de los recursos naturales.
El evento formativo se desarrolló en el ámbito de un acuerdo de colaboración con el cual las dos instituciones se comprometen a desarrollar estrategias de trabajo en conjunto a favor del medio ambiente y la formación continua.
En el curso participaron unas 25 personas procedentes de diferentes entidades del país.
Durante la docencia, que fue impartida por la Dra. Michela Izzo y el Ing. Mario Vera de Guakía Ambiente, los participantes pudieron aprender las nociones de base sobre los SIG y aplicarlas en ejercicios prácticos, donde pudieron comprobar el aprendizaje alcanzado.
El curso sentó las bases para eventos futuros que permitirán profundizar el conocimiento adquirido, garantizando su aplicación específica en los diferentes ámbitos profesionales de los participantes.
https://listindiario.com/vida-verde/2018/11/29/543646/modelos-reales-de-sostenibilidad-y-participacion-local
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Para entender el impacto social del trabajo que realiza Michela Izzo y la fundación Guakía Ambiente en las comunidades rurales dominicanas imagina que ves un bombillo encenderse y alumbrar tu casa por primera vez; o que contemplas, también por primera vez, las imágenes que aparecen en la pantalla de un televisor.
Piensa que el dolor y los callos de tus manos desaparecerán porque ahora puedes conectar una lavadora y no tendrás que lavar a mano la ropa de toda la familia; que cuentas con energía limpia las 24 horas y que entiendes, a partir de la experiencia, qué significa la palabra ‘sostenibilidad’.
Desde la fundación, la especialista en medio ambiente colabora con el Programa de Pequeños Subsidios (PPS) del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), implementado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
A través de este proyecto, más de cinco mil familias dominicanas forman parte del sistema de electrificación rural gracias a la construcción de pequeñas hidroeléctricas que aprovechan la energía renovable local.
Esa construcción, sin embargo, es para Michela apenas la chispa de una cultura hacia la responsabilidad ambiental y la participación ciudadana.
“Es importante resaltar el modelo de sostenibilidad que está detrás de esos tipos de proyectos porque el acceso al servicio eléctrico es solamente el primer paso para trabajar un proceso de desarrollo que está fundamentado en el empoderamiento y la participación local; y eso es, digamos, el beneficio mayor que se puede alcanzar”, dijo Izzo durante su participación en el Encuentro Verde de Listín Diario.
EL CASO DE EL RECODO
Un buen ejemplo del impacto del Programa de Pequeños Subsidios (PPS) es el cambio registrado en la calidad de vida en la comunidad El Recodo, en Padre Las Casas (Azua), luego de que fuera instalada la central hidroeléctrica en la parte alta del río Las Cuevas en 2009.
“Cuando llegué en el 2007 por primera vez para trabajar el estudio me chocó mucho que fuera una comunidad extremadamente pobre y muy dependiente de donaciones externas y además no tenía un tejido social fuerte, pues había sido reconstruida después de 1998, porque el ciclón George destruyó todas las casas”, explica Michela Izzo, directora ejecutiva de la fundación Guakía Ambiente, socia local del PPS.
Con la contribución de una iglesia, lograron construir casitas con paredes de cemento, pero solo lo esencial.
“Volví en 2011 y ahora en el 2018, hace unas semanas, después de siete años, y me impresionó el impacto que ha tenido el proyecto. De 92 familias que había en 2009, ahora son más de 190 y de estas 160 están conectadas al sistema eléctrico, manejándose con menos de 10 kilovatios de electricidad”.
Izzo destaca la regla que implementan para tener luz 24 horas al día.
“Tienen un programa. Como son 160 familias conectadas con 10 kilovatios, a las 6:00 de la tarde todo el mundo desconecta la nevera y la vuelven a conectar a las 11:00 de la noche; de esta manera nunca tienen apagones”.
La comunidad contactó nuevamente a Michela porque quieren explorar otras fuentes de energía limpia para ampliar el sistema.
“Después de la electrificación, de tener una escuela que llegaba a octavo de primaria ahora tienen un liceo con 300 estudiantes, una clínica rural y solicitudes de más familias que están regresando a la comunidad”.
En la foto, todo cambió en la comunidad Piedra de Los Veganos (Bonao, provincia Monseñor Nouel) con la llegada de la electricidad. ©Wakía Ambiente
LA VIDA, LA COMUNIDAD Y LAS FACILIDADES CAMBIAN
Con la llegada de la electricidad a la comunidad, “cuando tú ves los calabacitos prendidos”, la vida cambia totalmente, dice doña Tita, vecina de un paraje de Piedra Blanca.
Cambia primero la higiene de la casa, explica Michela Izzo, porque ya no tienen que alumbrarse con cuaba, gas o querosén.
“Cuando vas a una comunidad después de tres o cuatro años de estar funcionando el sistema ves un cuidado diferente para su entorno comunitario y su ambiente doméstico. No ves basura en la calle y hay un acceso a facilidades domésticas a las cuales todo el mundo se acostumbra, como la lavadora, porque las mujeres lavan pilas de ropa a mano”.
Izzo expresa que actualmente tratan de impulsar el uso productivo de la electricidad.
“Hay comunidades que ya viajan prácticamente solas, que tienen empresas ecoturísticas que se alimentan con la electricidad, y que tienen fondos comunitarios de más de un millón de pesos, manejados directamente por ellos, que lo están gestionando para préstamos locales. ¿Y sabes qué tienen como garantía? Que les prestan solo a los usuarios del sistema eléctrico, porque si no devuelven las cuotas les cortan la electricidad. Y tienen un sistema de cobros del cien por ciento”.
GENERAR PROCESOS DE DESARROLLO
¿Cómo eligen a las comunidades? Todo parte de un esquema que de acuerdo con Izzo es el modelo de desarrollo sostenible.
“El punto de partida es una necesidad expresada directamente por la comunidad: es ella la que tiene que moverse porque es impulsada por una necesidad real y a partir de ahí encontrar actores que pueden canalizar recursos y energía de una forma organizada para resolver esa necesidad y a partir de esa necesidad generar un proceso de desarrollo”.
El fondo semilla de cada proyecto, de hasta 50,000 dólares, se obtiene a través del PPS.
Izzo afirma que esa es la garantía de que hay un dinero comprometido que sirve para pagar por lo menos la primera cuota del sistema de generación de energía, porque en algunos casos no es suficiente.
Las comunidades no tienen por qué ser las más pobres o alejadas. Lo importante es que sean grupos organizados y que estén dispuestos a asumir la responsabilidad de garantizar la sostenibilidad del proyecto.
En ese aspecto, Guakía viene siendo el anillo para muchas entidades que desean intervenir pero quieren la garantía de un proceso que alcance resultados e impactos significativos incluso para una intervención de pocos miles de dólares.
“Nosotros somos el enlace del trabajo directamente en el campo, para que ese dinero pueda llegar directamente a la comunidad. Somos el anillo de contacto y hemos logrado en muchos casos ser garantes para que las agencias pudieran dar dinero directamente al grupo local”.
A través de Wakía se canalizan recursos de instituciones públicas y privadas para proyectos que ejecutan las comunidades directamente.
“En los últimos cinco años hemos tenido una experiencia muy buena con la Fundación Interamericana, una entidad del Congreso de Estados Unidos que increíblemente trabaja con un enfoque de empoderamiento local, y que nos ha financiado a través Wakía, en cinco años, como medio millón de dólares. Con ese fondo se ha logrado apoyar nueve micro hidroeléctricas”.
La fase de estudios en las comunidades que solicitan los proyectos, y que suele durar un año, la fundación la asume sin fondos.
¿DIFICULTADES? Para la consultora y docente universitaria, la principal dificultad que enfrentan en las comunidades no es una dificultad técnica, porque los proyectos técnicamente se ejecutan y son exitosos.
“Pero la sostenibilidad sí es una cuestión social: qué tan bueno eres para acompañar a la comunidad en superar sus barreras sociales. Y una de las barreras sociales principales es luchar en contra del paternalismo que, lamentablemente, es una herencia de años y años y no se puede pretender eliminar de un día para otro”.
Sostiene que todavía a nivel de comunidades y en términos de enfrentar la pobreza “estamos trabajando con esquemas ‘balagueristas’, en términos de asistencialismo, de donación, que al final amarra a la gente y no le deja desarrollarse de una forma creativa como ciudadanos activos en el Estado”.
La palabra Guakía significa ‘nosotros’ en lengua taína. La organización dominicana sin fines de lucro trabaja en todo el territorio de la República Dominicana y en la región fronteriza de Haití, «contribuyendo a mejorar la calidad de vida de la población y promoviendo la sostenibilidad ambiental».
COMPROMISO
Cuando Izzo llegó desde Italia en 2006 para trabajar un año como voluntaria en los proyectos pilotos que Naciones Unidas implementaba en el área, solo había tres hidroeléctricas funcionando. La primera se construyó en 1997 en la comunidad El Limón de San José de Ocoa.
Veinte años después, 50 proyectos benefician a 70 comunidades locales y una haitiana.
“Al principio no había mucha claridad sobre el modelo ni teníamos mucha experiencia técnica en el desarrollo del proceso, pero a partir de ahí se logró establecer ese modelo que demuestra que el desarrollo no es una cuestión de un proyecto: es un proceso y requiere tiempo”, explica.
Una parte importante del programa es el establecimiento en la comunidad de un sistema de manejo de la hidroeléctrica autónomo, tanto técnico como administrativo.
“Ellos establecen un comité de administración de la hidroeléctrica y tienen que establecer su propio sistema de cobro. La lucha mayor es hacerle entender a la gente que tiene que pagar por el servicio de electricidad. Es una barrera a superar: la gente tiene más propensión a pagarle a una entidad externa, de la cual no sabe nada, que a fomentar un sistema colectivo común”.
Para Izzo, uno de los grandes beneficios de proyectos con este tipo de enfoque es que genera en la población beneficiaria un sentido de pertenencia y de cuidado de su territorio, pues todos entienden que la electricidad es un servicio que depende de la calidad de las fuentes de agua y de las cuencas.
“Uno de los compromisos que toman directamente con el programa es que tienen que reforestar por lo menos 500 tareas en las cuencas y luego, a partir de esas tareas, ellos siguen estableciendo brigadas de restauración y conservación y vigilancia de la cuenca. En algunos casos, como ocurrió en la zona de Arroyo Frío, en Jarabacoa, ellos han identificado áreas donde uno de los tutumpotes de ahí había hecho tumbas para poner fincas de ganado en la parte alta y lograron intervenir donde el Ministerio de Medio Ambiente no había podido. La comunidad se puso fuerte y lograron que las autoridades intervinieran porque la comunidad estaba exigiendo la protección de la cuenca; se logró evitar la tumba de más de 100 tareas de árboles”.
CONTINUIDAD Y ENLACE
Como institución, Wakía Ambiente surgió en 2008 como soporte del PPS a nivel local, un acuerdo de colaboración que permite canalizar los fondos para las comunidades.
“Surgió porque creemos que el modelo propuesto por el PPS funciona y es sostenible. Nos dijimos que tenemos que buscar un mecanismo para replicarlo y fortalecerlo, para que las acciones de ese tipo no dependan solo y exclusivamente de decisiones internacionales”.
Si el FMAM-GEF decide parar, dice Izzo, ¿el programa no va a seguir? “Si las acciones son positivas, lo ideal sería que más actores puedan seguir implementándola sin tener la exclusividad”.
El año pasado se creó la Red Dominicana para el Desarrollo Sostenible de las Energías Renovables (Redser) como una organización sin fines de lucro que reúne a las comunidades donde funcionan las microhidroeléctricas. Esta red se ha constituido ya como actor reconocido en la mesa de discusión energética nacional en representación de la perspectiva comunitaria, apunta Izzo.
La tecnología ha permitido reducir los tiempos de intervención en las comunidades más remotas. Los grupos de WhatsApp, por ejemplo, hacen más eficientes las consultas con los técnicos especializados. “Los técnicos comunitarios les mandan un video cuando tienen un problema y a través del grupo les dicen lo que deben hacer”.
Capacitación. Durante la ejecución de los trabajos los comunitarios participan en talleres sobre temas ambientales, cambio climático y uso eficiente de la energía en los que se involucra a los jóvenes y estudiantes. ©Wakía Ambiente
“Nosotros los campesinos nos creemos brutos, pero cuando nos dan la confianza nos damos cuenta de que no es así”, le dijo a Izzo una vez Epifanio, líder de la comunidad El Higuito de San José de Ocoa.
“Eso fue para nosotros la expresión más alta de lo que significa trabajar para el desarrollo local, porque es empoderar a la gente y darte cuenta que el sistema no logras cambiarlo, pero a nivel local se puede generar transformación, puedes marcar la diferencia para un grupo de personas que después actúa de manera diferente”, sonríe Michela.
Actualmente el programa está seleccionando los proyectos de la nueva convocatoria. De 36 proyectos preseleccionados, se elegirán 24. “También estamos brindando apoyo a otras cinco o seis comunidades para estudios de factibilidad aquí y en Haití”. En ejecución, entre el PPS y Guakía, hay unos 35 proyectos.
PERFIL. Michela es licenciada en Ciencias Ambientales con maestría en Ingeniería del Viento. Para su doctorado en Medio Ambiente y Territorio trabajó la tesis “Análisis del clima y sus dinámicas en la República Dominicana e influencias sobre el territorio”. En el país, acompaña procesos de desarrollo con enfoque comunitario participativo, especialmente en el área de energías renovables.
En la imagen, la bióloga dominicana Yvonne Arias, directora ejecutiva del Grupo Jaragua, y Michela Izzo (d) en el Encuentro Verde, una iniciativa del Listín Diario y la fundación Propagás coordinada por Arias creada para compartir temas ambientales con los lectores. ©Martín Rodríguez/LD
CONSTRUYENDO CONOCIMIENTO LOCAL PARA EL CAMBIO GLOBAL, fue el título del Taller Nacional de Sistematización 2018, el cual se llevó a cabo del 21 al 23 de noviembre en el Complejo Ecoturístico Río Blanco (COETURB), con la participación de 21 organizaciones que han finalizado la implementación de proyectos apoyados por el PPS.
En el transcurso de las actividades se tuvo la oportunidad de socializar los resultados e impactos de cada proyecto, reconociendo como una constante la importancia que ha tenido para el éxito de cada iniciativa el empoderamiento de las personas de la comunidad sobre las problemáticas medio ambientales que les aquejan y el fortalecimiento de las organizaciones comunitarias de base para liderar la implementación de soluciones.
Con la implementación de los proyectos 450 familias tienen acceso a energía eléctrica limpia, se intervino más de 5000 tareas de terrenos, pequeños productores agrícolas y apícolas fortalecieron sus capacidades y se conservaron especies endémicas y nativas de la República Dominicana.
Al compartir las lecciones aprendidas producto de la gestión de los proyectos, se identificó la relevancia de fomentar el trabajo en equipo, el cual requiere involucrar a los actores presentes en el territorio con responsabilidades específicas y planes concretos, además de la importancia de dar un seguimiento efectivo al registro de informaciones.
En el proceso se pudo dialogar sobre el aporte a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y reflexionar sobre la importancia de “QUE NADIE SE QUEDE ATRÁS”, para lo cual es indispensable realizar una contextualización de la Agenda 2030 en las comunidades y continuar articulando esfuerzos entre los sectores público, privado, sociedad civil y cooperación internacional.
Guakía Ambiente, en representación de la sociedad civil, estuvo participando en la 6a Asamblea del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), celebrada en Da Nang (Vietnam) del 23 al 29 de junio de 2018. El evento congregó a más de mil personas procedentes de más de cien países.
Miembro de la Red de la Sociedad Civil del FMAM (GEF CSO Network, por sus siglas en inglés), Guakía Ambiente participó de manera activa, realizando aportes en las discusiones de los puntos en agenda del Consejo del FMAM. También contribuyó de manera significativa a la elaboración de la declaración hecha por la sociedad civil global durante el último día de la Asamblea del FMAM.
Guakía Ambiente fue entre las 18 organizaciones seleccionadas a nivel mundial para la presentación de la experiencia desarrollada en la República Dominicana, en colaboración con el Programa de Pequeños Subsidios (PPS-SGP/FMAM/PNUD). Con una intervención titulada «Plataforma de colaboración multi-actores para el fortalecimiento de los impactos hacia la sostenibilidad», Guakía Ambiente presentó el exitoso modelo de intervención que se está implementando en el país, especialmente asociado a la construcción de sistemas microhidroeléctricos comunitarios, fundamentado en el empoderamiento de las comunidades locales y las personas.
Fruto de los intercambios y acuerdos surgidos durante la Asamblea, en los próximos meses Guakía Ambiente estará colaborando a la reestructuración de la red de la sociedad civil global, con el objetivo de mejorar su acción hacia el logro de las metas ambientales acordadas por la comunidad internacional.
Más de 500 personas recibieran los beneficios de esta importante obra, que suma al sistema energético 30 Kilovatios.
Rancho Arriba, San José de Ocoa.- El Consejo Comunitario de Mahoma, puso en operación la micro Central Hidroeléctrica Comunitaria Mahoma Abajo, en el municipio de Rancho Arriba, provincia San José de Ocoa, con una inversión de RD$29,786,517.00, con una potencia instalada de 30 Kilovatios, beneficiando en lo inmediato a 119 familias que habitan en esa apartada zona.
Esta iniciativas se desarrollo bajo el esfuerzo conjunto de Asociación para el Desarrollo de San José de Ocoa (ADESJO), EL Programa de Pequeños Subsidios del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (PPS-SGP’.FMAM-PNUD), la Unidad de Electrificación Rural y Sub-Urbana (UERS-CDEEE), la Fundación Popular, el Fondo MARENA, el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Guakia Ambiente, la, y la Comunidad de Mahoma Abajo.
Con la puesta en marcha de esta iniciativa más de 500 personas puedan mejorarán sus vidas con los beneficios que proporciona la energía limpia, a través de fuentes alternativas, amigables con el medio ambiente y los recursos naturales.
La licenciada Eusebio, reiteró el compromiso que tiene la UERS para llevar energía limpia y de calidad a las comunidades de escasos recursos, contribuyendo al desarrollo sostenible e impulsando una mejora en la calidad de los servicios de salud, educación y generación de empleos.
Por su parte la Sra. Milagro Casado, hablando en representación de la comunidad, destacó el gran valor que tiene este proyecto para la comunidad, donde cada familia beneficiaria aportó como mínimo 60 días de trabajo, debido hacerlo bajo el sol, las lluvias y las condiciones más difíciles del terreno. Por todo el apoyo recibido de las instituciones para que junto a la comunidad hicieran el proyecto una realidad.
La micro- hidroeléctrica tiene una capacidad de 30 Kilovatios, y aprovecha las aguas del arroyo El Café. La energía generada a 240 vatios es elevada a un voltaje de 2400, para ser trasmitida en una red eléctrica de media y baja tensión de 7,2 kilómetros.
Mahoma Abajo se localiza a unos 12 kilómetros al sureste del municipio de Rancho Arriba, su vegetación típica tropical impulsa el cultivo de café, banano, y otros productos menores.
El acto de inauguración se realizó en la escuela Básica Mahoma Abajo.
El próximo 29 de mayo quedará inaugurada la Microhidroeléctrica Comunitaria Mahoma Abajo, la cual, con una potencia de 30 kW, brinda el servicio de electricidad limpia, las 24 horas del día, a más de 100 familias de las comunidades de Mahoma Abajo, El Grillo y El Café, en el municipio de Rancho Arriba, provincia San José de Ocoa.
La obra fue producto del esfuerzo de las comunidades beneficiarias y contó con el apoyo de numerosas instituciones, entre las cuales el Programa de Pequeños Subsidios (PPS-SGP/FMAM/PNUD), Guakía Ambiente, la Unidad de Electrificación Rural y Suburbana (UERS), la Asociación para el Desarrollo de San José de Ocoa (ADESJO), la Fundación Popular, el Fondo MARENA, y el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, entre otras.
El acto será realizado a las 10 de la mañana en la comunidad de Mahoma Abajo.
El 22 de enero fueron anunciados los ganadores de los premios Climate CoLab (www.climatecolab.org). Guakía Ambiente y la REDSER fueron de las entidades galardonadas, para la categoría «Provisión de Energía» mediante los sistemas microhidroeléctricos comunitarios.
En el verano de 2017, Climate CoLab, una plataforma global surgida con el propósito de catalizar el esfuerzo e inteligencias de miles de personas en el mundo para la búsqueda de soluciones apropiadas al cambio climático global, abrió un espacio para la presentación de iniciativas en siete áreas temáticas clave vinculadas al cambio climático.
Las microhidroeléctricas comunitarias fueron reconocidas, junto con otras 17 propuestas, como un modelo exitoso de desarrollo y mitigación del cambio climático, resultando ganadoras entre más de 300 iniciativas presentadas a nivel global.
En el mes de octubre de 2018, un equipo de Guakía Ambiente y la REDSER estará participando en el HUBweek, un «festival del futuro» organizado en Boston por el MIT Center for Collective Intelligence.
¡Agradecemos a todos y todas por el soporte recibido!
Santo Domingo, 12 de julio de 2017. El Programa de Pequeños Subsidios del Fondo para el Medio Ambiente Mundial de las Naciones Unidas (PPS-SGP/FMAM/PNUD),la Fundación Popular y Guakía Ambiente presentaron la Red Dominicana para el Desarrollo Sostenible de las Energías Renovables (REDSER).
La REDSER aglutina a más de cincuenta micro hidroeléctricas en su mayoría comunitarias, bajo esquemas democráticos y participativos para el acceso a la electricidad, aprovechando fuentes de energía renovable a nivel local, como un esfuerzo de coordinación, intercambio de conocimiento y recursos entre organizaciones y comunidades. Así como contribuir al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente con el ODS7, sobre Energía Asequible y no Contaminante.
Hasta el momento 46 micro hidroeléctricas están en operación, con una potencia instalada de 1.3 MW, las cuales brindan el servicio de electricidad continua y de calidad a más de 4,600 familias de áreas aisladas del país La mayor concentración de micro hidroeléctrica se encuentra en la zona de Manabao, Jarabacoa donde existe 8 micro hidroeléctricas, Le sigue la zona de San José de Ocoa, con 7 sistemas para más de 500 familias; Santiago Rodríguez con 6 sistemas que benefician a más de 850 familias, Bonao con 4 sistemas para más de 300 familias, entre otros.
Entre las prioridades de la REDSER están lograr el acceso a los recursos establecidos por la Ley 57-07, para el financiamiento de los proyectos comunitarios, el establecimiento de una tienda de repuesto y la consolidación de un equipo técnico multidisciplinario, para atender las necesidades técnicas y de reparación de los sistemas en operación; la instauración de un fondo para la reparación de los sistemas; y el financiamiento de iniciativas asociadas al uso productivo de la electricidad.
El evento contó con la participación de representantes de numerosas instituciones del país, que en han sido clave en el desarrollo de las microhidroeléctricas comunitarias, entre las cuales pueden mencionarse: la Unidad de Electrificación Rural y Suburbana (UERS), la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE), el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, la Empresa de Generación Hidroeléctrica Dominicana (EGEHID), el Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (INAPA), el Ministerio de Energía y Minas, la Comisión Nacional de Energía (CNE), el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI), entre otras. Además, participaron representantes de representantes y técnicos de las comunidades miembros de la REDSER.
El Chorro, en el municipio Bonao, recibe energía limpia a través de una micro hidroeléctrica.
Monseñor Nouel, Bonao.- La comunidad de El Chorro, municipio de Bonao, provincia Monseñor Nouel, puso en operación la microcentral hidroeléctrica El Chorro, que beneficiará de energía limpia a más de 50 familias que residen en una zona de montaña en el centro del país.
Esta obra fue construida con un costo superior a los RD$15.5 millones, con el apoyo de un conjunto de instituciones públicas, privadas y de la cooperación internacional, como el Programa de Pequeños Subsidios del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (PPS-SGP/FMAM/PNUD), la Unidad de Electrificación Rural y Suburbana (UERS/CDEEE), la Fundación Popular, Guakía Ambiente, el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, la Red Dominicana para el Desarrollo Sostenible de las Energías Renovables (REDSER), la Federación de Campesinos Hacia El Progresos (FCHP), Electrosistemas Fondeur y la propia comunidad de El Chorro.
Estas acciones comunitarias están orientadas a brindar un cambio económico en comunidades apartadas, contribuyendo al cumplimiento de las metas de la Estrategia Nacional de Desarrollo, en cuanto al mejoramiento de la seguridad energética, la protección del medio ambiente y la mitigación del cambio climático.
A partir de la puesta en marcha de este proyecto hidroeléctrico, la comunidad de El Chorro sustentará las bases para mejorar el ingreso y bienestar familiar, contribuyendo así al cumplimiento a nivel local de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente en lo referente a la erradicación de la pobreza extrema, y el acceso a fuente de energía segura y sostenible.
Esta iniciativa promoverá las acciones a favor del clima, mediante las cuales se está contribuyendo a la reducción de más de 250 toneladas de dióxido de carbono (CO2), a partir de una generación superior a los 260 megavatioshora de electricidad por año.
A nivel económico, representará un ahorro para las familias de más de un 60% en comparación con lo que gastaban anteriormente para solventar sus necesidades energéticas a través del uso de gas keroseno y compra de baterías, entre otras. En cuanto a la economía nacional, el proyecto contribuye de manera significativa a ella mediante la reducción de las importaciones de más de 75 mil galones de combustibles, que serían necesarios para generar la misma cantidad de electricidad anualmente.
La comunidad de El Chorro ha asumido el compromiso contribuir a la restauración de la cobertura boscosa de la cuenca alta del Arroyo el Brazo y el Río Juma, como garantía de mantener el flujo de agua para la operación de la hidroeléctrica en el largo plazo.
En la actividad estuvieron presentes la Directora de la UERS, Lic. Thelma Eusebio, la Gobernadora Provincial de Monseñor Noel, Sra. Abreu, la Directora de Guakía Ambiente, Dra. Michela Izzo, el Coordinador Nacional del PPS-SGP/FMAM/PNUD, Sr. Alberto Sánchez, el Gerente General de la Fundación Popular, Sr. Elías Dinzey, el Presidente de la Federación de Campesinos Hacia el Progreso, Sr. Esteban Polanco, entre otras personalidades.
FICHA TÉCNICA:
El sistema aprovecha las aguas del Arroyo El Brazo, el cual es un afluente del Río Juma. Se diseñó con un flujo de 850 galones por minuto; un diferencial de altura de la obra de toma hasta la casa de máquinas de 90 metros, y 950 metros de tubería de PVC y de hierro de 8 pulgadas. La potencia nominal de generación es de 30 kW, sincronizada monofásica a un voltaje de 220 voltios. La microhidroeléctrica tiene capacidad de suministrar el servicio de electricidad de manera constante a 2,400 voltios, utilizando una red de distribución de 3.5 km, con las que se brinda el servicio de electricidad 24 horas, los 365 días al año, a más de 50 familias que residen en esa comunidad.
Guakía Ambiente resultó entre los 500 mejores proyectos seleccionados por los Premios Latinoamérica Verde 2017 con el proyecto «Micro Hidroeléctrica Comunitaria de Angostura», en la categoría Energía.
Dichos premios se proponen como una vitrina que dinamice la economía verde al exhibir las iniciativas regionales en 10 categorías que estén alineadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Los premios surgieron en el 2013 en Ecuador, en el marco de la Cumbre Internacional del Medio Ambiente, como respuesta a las problemáticas ambientales que enfrenta Latinoamérica, creyendo firmemente que un cambio es posible y que se pueden proteger los recursos naturales de los cuales la región es rica.
Este año participaron más de 2000 proyectos de toda la región.
El proyecto «Micro Hidroeléctrica Comunitaria de Angostura» es parte de más de 45 sistemas microhidroeléctricos que Guakía Ambiente ha venido apoyando en sinergia con numerosos actores, tales como el Programa de Pequeños Subsidios (PPS-SGP/FMAM/PNUD), la Unidad de Electrificación Rural y Suburbana (UERS), la Interamerican Foundation, la Fundación Popular, entre otros.
El mismo fue seleccionado por un comité de evaluación de expertos internacionales de alto perfil y será exhibido en el evento «Premios Latinoamérica Verde 2017» que se llevará a cabo en Guayaquil, Ecuador, del 22 al 24 de agosto.